NO ESTOY PREPARADO PARA ARDER ETERNAMENTE

GALERÍA 6MAS1 (Madrid) | 2014

Esta frase de Paul Auster intenta resumir todos los conceptos de esta exposición, el control de la sociedad por parte de poderes superiores. El método más universal y antiguo utilizado para ejercer ese control es el miedo. El miedo se manifiesta en todos los animales como respuesta al peligro y al dolor, pero en el ser humano además se puede manifestar sin ninguna relación fisiológica real, sino como producto de la conciencia, y ésta es manipulable.

 

La mayoría de las religiones han fundado sus bases en el miedo. Desde el Judaísmo hasta el Islam existe un Dios Supremo al que hay que temer, con una continua amenaza de sufrimiento infinito y eterno si no se vive bajo sus postulados.

 

A su vez, la muerte es el miedo fundamental y esto lo sabe bien la iglesia católica, que ha utilizado la muerte y el sufrimiento como símbolo de veneración, la cruz. Pero por si la muerte no fuera suficiente presión, crearon el infierno, eclipsando el miedo a la muerte por uno mucho mayor, sufrir dolor para toda la eternidad. De esta forma conjugan a la perfección los mayores temores de la humanidad, la muerte y el dolor. Sin darnos cuenta, el individuo acepta ese miedo que nos ofrecen, porque a la vez nos prometen seguridad, la salvación. Están en posesión del veneno y el antídoto.

 

Si no obedeces no existe ninguna esperanza.

 

No solo los creyentes viven bajo el yugo del miedo ficticio, los poderes políticos también han sido siempre conscientes de que el miedo es uno de los principales pilares socializadores en cualquier civilización, el hombre asustado es susceptible de convertirse en esclavo fácilmente. En la actualidad el neoliberalismo ha sabido coger bien el relevo de esta metodología, una sociedad con miedo recurrirá siempre a sus autoridades en busca de protección, aunque ella misma sea la causante del propio miedo. En este punto conviene nombrar las estrategias de terrorismo, la dominación a través del terror. El miedo justifica la mano dura y las medidas drásticas. El miedo te obliga a aferrarte a cualquier cosa para superarlo, lo que sea. La más eficaz medida de control en la actualidad se llama Crisis.

 

El miedo es la clave para la supervivencia, es necesario, forma parte de nuestro ADN, pero en nuestra mano está la ardua tarea de diferenciar entre el miedo real del infundado. Ese es el primer paso para la libertad.

julio-falagan-no-estoy-preparado-para-arder-eternamente-1
julio-falagan-no-estoy-preparado-para-arder-eternamente-2
julio-falagan-no-estoy-preparado-para-arder-eternamente-3
julio-falagan-no-estoy-preparado-para-arder-eternamente-4
julio-falagan-no-estoy-preparado-para-arder-eternamente-5
julio-falagan-no-estoy-preparado-para-arder-eternamente-6
julio-falagan-no-estoy-preparado-para-arder-eternamente-7
julio-falagan-no-estoy-preparado-para-arder-eternamente-8
julio-falagan-no-estoy-preparado-para-arder-eternamente-9
julio-falagan-no-estoy-preparado-para-arder-eternamente-10
julio-falagan-no-estoy-preparado-para-arder-eternamente-11